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Mostrando entradas de junio, 2016

Apariencia y soplos divinos

He ahí, un lenguaje figurado, un discurso en acción,  un nuevo estratagema  mientras los movimientos  de ojos  persiguen la tinta. He ahí, un hilo de uniones,  libres, dejadas en la ventura del azar. He ahí, ¿fatalidad o placer? He ahí, un impulso de la razón,  una banalidad en forma de suplicio, el gobierno de la adulación. He ahí, entre cadáveres de letras, entre flores de recuerdos,  los fantasmas del teatro, sombras tras sombras detrás del telón... He ahí la falsa verdad entre falsas mentiras... La apariencia es sincera en  forma,  no manifiesta,  modesta en la naturaleza de quien toma prestado el disfraz...  las mentiras, ese contexto  no más que pretextos, conciencia de quien anuncia el discurso.  Es realidad construida, entre fines adversos a la verdad,  un espejo paralelo,  el reflejo de un yo, inerte con soplos divinos.

Cambios en el discurso

Los cambios en el discurso cada forma de avanzar de retroceder con la visión entre manos, esa de la cual es difícil escapar… Se pueden resignar o tal vez iniciar de cero, contemplar, conocer, reconocer. el inicio siempre es un reto, y las banderas del progreso son trampas de conejo… El camino es paradoja de signos revertidos en terribles memorias. parecen complejas las palabras dirigidas por emociones, por una sensibilidad descubierta… tal vez manifiesta…  Y hemos despertado de crueles camas de clavos donde duelen los presentes… los futuros… ahora entre tanto, el tiempo está atrapado… Y surge el dominio sobre valores de épocas lejanas, donde el teatro se prende sin telón, las mascaras sin ojos, los vestidos sin costuras, las luces sin brillo y las tablas son filtradas por miradas de inframundos, Ahora son, como siempre, tal vez, cambios en el discurso…