LITTERA BOHEMIA

La respiración se ha cortado En el momento justo, Y se han encontrado en la entrada Dos almas perdidas… En la búsqueda del silencio Tambaleaban nuestros cuerpos, Encontradas nuestras manos, Los labios explotaron juntos… Se han llenado mis poros De ansias, fulgor y vicios, Se han llenado de mis palabras Tus oídos sordos… Quedo de nuevo a disposición, De los designios del destino Que elijas tú para la vida. Mi condena tal vez no sea pensarte, Sino llenarme de delirios De ilusiones y conspiraciones, Pero hoy tal vez sea el destino, El que me rete de nuevo Ha jugar a vivir A intentar no morir A seguir por ti… En estas circunstancias, Tenemos a nuestros pies Los segundo solos, Los instantes lejos Y el mundo juntos….

Dejar de nuevo tu mano Lejana en el camino, Apresurado por encontrar La calma en mí… Ahora no es el miedo Ni la incertidumbre, Es el fantasma que oprime Las sustancias de mi corazón… Los deseos inquietos, La certeza insatisfecha, Las luchas vanas, Y las virtudes oscurecidas… Podría llenar mi alma Con gotas de lluvia, En la que cada una posea Un poco de tú… Me he encontrado triste Frente a las luces que me conducen Cerca de los finales De una ilusión en frenesí… Se opacaron mis ojos Al dejarte ir Tan lejos… Y tú tan incierta, Tan coqueta, Conspiras con el tiempo La seducción de mi razón… Las líneas en el asfalto Del día lluvioso, No condujeron a mis pies Al hogar cálido, Me llevaron cerca de la cólera La tristeza, la melancolía… Pero se renace en el día…

Qué peligro corres si te quedas sola Mirando el firmamento Agarrada de la mano De quien quieres que te bese. Quiero que te des cuenta Si vale la pena Correr el riesgo… junto a mí. Quiero que mires el crepusculo ocultarse en lo lejano y digas con suspiros, que el futuro no son 10 años, Y devolverte a ver tus errores que no fueron sino oportunidades… Quiero que te mires en el espejo Y dibujes a tu espalda El hombre que quieres a tu lado Quiero… Quiero que respondas, Tan solo una pregunta ¿Qué es lo que más te gusta de mí?

No comprendo aún Tu actitud vacilante, Tambaleo, tambaleo… Pueden sembrarse en mi Dudas cegadoras Y quedarme a mitad de camino… Pero la ilusión soberana De aislarme contigo, A las regiones solitarias De una playa lejana, Para besarte en las orillas Donde el mar ya no llega, Cantando a la luna Como lobo hambriento Nuestra idílica aventura.

No soy juez para condenarte, Ni Dios para quitarte la vida, Ni pirata para abordarte, Ni vampiro para chupar tu sangre. Soy hombre para ver tus debilidades, Para delirar por tu cuerpo, Para soñar con tu rostro, Soy hombre para tener la ilusión de alcanzar tus labios Soy hombre para que tu seas mi mujer…

Lo dominan al hombre los deseos En la soledad de los recuerdos, La piel se estremece Al aparecer en la memoria La mujer que se merece En el aposento de la pasión Ser llenada de emoción, Placeres y sudor… El corazón tiene brazas tan grandes Que hierve el cerebro Envuelven la razón En un mar de tormentos, Y sólo lo enfría la guerra de los besos, Deseosos de sucumbir En la batalla de los cuerpos. Herir el ego Con el fuego de nuestra pasión Será la condena del hombre anhelante De tus labios, y Corazón.

Mientras tu espíritu reinaba en los sueños Mis ojos clavados en la melancólica noche Lejana, taciturna, Buscaba en los recuerdos tu perfume, En mis pupilas tu rostro, En mis manos tu piel, En mi insomnio tus ojos; Doblegado a extrañarte Entre segundos, minutos, horas, Tu voz inundada de vida, La luz de tu sonrisa angelical. Mas en la esper anza de tenerte cerca, El hechizo de tus labios he de poseer…

Aun no reconozco en las deshoras Tus miradas sospechosas Las palabras insinuantes Ni los deseos ocultos… Sólo me tomaría una vida Para descubrir a pandora Para descubrir tu corazón No alcanzaría la muerte; Soy un cobarde… no logro hacer de los instantes juntos El ideal momento… para llevarte en tu camino Hacia un callejón sin salida, Que cuando te detengas a mirar atrás Encuentres mis brazos, mis ojos y mis labios Tu único deseo… He de intentar por lo menos Despedirme de momento, esperando volverte a ver, Con las pupilas dilatadas, Y sonreírte con desdén Consumido con tu encanto En los oscuros rincones De mis pensamientos… He de llevarte a que decidas Entre escalar el muro O devolverte y abrazarme…

Siempre volvemos al mismo punto Alejados de la ignorancia, Cerca de lo divino, Pero ambos lejos y circulares, Nos separamos de nuestro destino. Estrellados por las costumbres de la conquista Nos rendimos ante la pequeña roca del camino, Sucumbimos a la derrota, faltamos a la gloria, Hemos sido cortados por la guadaña, Petrificados por los ojos de la medusa intrigante, Llevados al mundo de los cobardes, Dejados por las manos divinas al eterno Sufrimiento de no haber intentado… Pero nos redime el tiempo Y nos cruzamos de nuevo… Conspira la vida, Acallados por el desierto De palabras en las bocas, Y de besos guardados en el miedo… Los senderos se han abierto Entre bosques inhóspitos, Y lo que queda de él Sólo juntos lo cruzaremos. No construyas del mundo Tu lugar inseguro, Y has de mis días Mañanas de lluvias entre sabanas. No seamos cobardes Ante las nubes grises, Y vallamos lejos… tan lejos Hasta donde aguanten nuestros pies Y caigamos rendidos agarrados de la mano.

Mientras oías los susurros de mi canto Y plasmaba en mi mente tu belleza, Las señales de mi rostro te decían Con clamor y penuria los secretos. Ahora mis palabras son fantasmas Y mi pena se convirtió en la tuya, Mi fervor se apago en segundos Y encendido de nuevo por la realidad. Pero el fuego d e la hoguera perpetua De mi corazón lleno de tu certeza Construye una vez más un castillo lejano. Y los gritos del silencio me ahogaron Cuando te decía que “Me gustas”; Las burbujas de jabón taparon tus oídos Y no viste tampoco la luz que encendía para ti. Sin embargo se redime el tiempo La voluntad nos consume, Y me acarician las horas cuando cerca de ti estoy. El camino que queda para tu llegada Es ahora incierto, las huellas que deje Me alejaron de tu voz. Quisiera verte de nuevo Hermosa en el día, esplendida en la noche, depender de tu canto Para caminar en la oscuridad. Ahora lejos de tu voz estoy, Abrazado por la soledad de los minutos, Arrullado por el ronroneo de los gatos en el techo,