Nocturno… (Muerte)
El susurro de la noche caída, Como aquel que bajo del cielo Envidioso y egoísta, Antepone el gobierno de las almas valientes, Condenadas a la falta de visión, Al placer de la luna, A la risa del viento, Y el clamor de la sombra en las lámparas callejeras; Se reúnen los sonidos inhóspitos, Trayentes de calma, en el concierto del silencio, Que agotado consume la barbarie, Y se alimenta de las parejas de gatos en los tejados, Las camas rechinantes, los ronquidos Y de las ramas caídas. La profundidad de su color se abalanza ante la muerte, La llena de la fuerza inagotable; La humanidad la eleva al altar infinito, Y el tiempo no le pasa; Altiva, sublime, penetra al corazón la daga, Pronto transcurre la luz del túnel de los recuerdos, Llenando los legados de la tierra de huesos y cenizas.