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Mostrando entradas de diciembre, 2014

Acuerdo

Nuestro acuerdo sólo tiene dos cláusulas, Deja mis manos, mi voz, Acariciar tu alma, y, Deja al tiempo en su distancia Recorrer cada sustancia, penetrar, suturar, y avanzar hacia tu calma. Mis cláusulas son aún más simples, Dejaré  tus manos, tu voz, Convertir mis sueños,  y, Dejaré al tiempo, convivir con mis demonios, transcurrir despacio, cansado, y paciente, conquistando tus distancias, tus silencios, tus recuerdos.

Sin ser amantes

Imagen
Los espectadores eran ciegos, entre la multitud las voces reinaban, los actores reflejaban sus deseos de mostrarse, la atención se reflejaba sobre la superficial canción de sus máscaras; los movimientos ondulantes, el sudor deslizado sobre las sienes, los besos, las caricias, el aroma de sus dedos guardados en bóvedas de sal, y los espectadores ahora con vendas; el tiempo: un cajón, pasa, y no se siente el movimiento, los amantes conspiran, duermen, sueñan, observan ser el espectáculo sin ser soñados, vistos, sin ser amantes.

Convergencia al terror

Las cavilaciones de un hombre, y sus dudas del amor, las impresiones de sus huellas sobre la piel, la memoria perdida, la ventaja sobre la vida las tinieblas de sus soles, los paralelos mundos, abismos volubles, la recuperación es lenta…lenta, no conserva su manía, aún puede morir en paz.

Noche Roja

En esta agonía convergida, entre el follaje de toallas y el frio artificial, los cuerpos sumidos al encuentro de un pesado trasnocho desolado y asolado, perfectos e imperfectos, justos e injustos, actos y bochornos, piel y sudor, enormes miedos, crueles ojos, todo un episodio de eterno reproche frente al tribunal de la memoria. Pretensiones, un trascendental esperar y recibir por el dolor de un emocionante placer; toda una noche roja, bajo el aroma de tus profundidades.