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Mostrando entradas de abril, 2009
Parte del poema Farewell de Pablo Neruda Amo el amor de los marineros que besan y se van. Dejan una promesa. No vuelven nunca más. En cada puerto una mujer espera: los marineros besan y se van. Una noche se acuestan con la muerte en el lecho del mar. Amo el amor que se reparte en besos, lecho y pan. Amor que puede ser eterno y puede ser fugaz. Amor que quiere libertarse para volver a amar. Amor divinizado que se acerca Amor divinizado que se va. Ya no se encantarán mis ojos en tus ojos, ya no se endulzará junto a ti mi dolor. Pero hacia donde vaya llevaré tu mirada y hacia donde camines llevarás mi dolor. Fui tuyo, fuiste mía. Qué más? Juntos hicimos un recodo en la ruta donde el amor pasó. Fui tuyo, fuiste mía. Tu serás del que te ame, del que corte en tu huerto lo que he sembrado yo. Yo me voy. Estoy triste: pero siempre estoy triste. Vengo desde tus brazos. No sé hacia dónde voy. Desde tu corazón me dice adiós un niño. Y yo le digo adiós.

TRISTE SIN LÁGRIMAS

Estoy triste y no puedo llorar la lluvia inunda el barco del corazón y se hunde el alma y naufrago entre mi mar. No encuentro el salvavidas de la proa y trago el agua de la angustia llenándome de copas rotas y tragos amargos. Los gritos de auxilio no llegan a la costa, se ahogan entre lagrimas y el frio abrazador. En el fondo del océano pesan más los huesos, la piel se derrite con la oscuridad y el alma flota. Ahora el hombre egocéntrico gira entorno de su tristeza, se ahoga sin lagrimas en el vaso del amor no correspondido.

DOLOR

Afónicos pensamientos salen de mi interior, y paso los minutos consumiendo la botella de vino en cada copa que me sirvo para ahogar las penas que ahora atormentan al corazón. ¿Cómo es que nos damos cuenta de la verdad? ¿cómo es que el hombre es capaz de soportar el dolor que producen las decepciones? y aun más grave ¿cómo olvidamos cuestiones que nos dejan desolados, tanto que nuestros pensamientos no hacen nada más que divagar dentro de explicaciones absurdas e infelices? ¿Cómo hacemos para ser tan torpes y suicidarnos en el perdido amigo del olvido? son las penas las que nos consumen dentro de su mar inhóspito y casi eterno, sólo nuestro dolor es digno de llamar amigo en momentos de tanta esperanza para al final dar la puñalada más vil y cruel, convertirnos en hipócritas cuando ya no nos queda nada. Nuestros recuerdos afloran como en el otoño caen las hojas de los arboles, y nuestras raíces se inundan de lagrimas que no son capaces de salir sin la mas mínima pisca de
Ojos de Angel Embriagadores al instante sumisos a lo lejos, pero penetrantes. No se cuantos se dieron cuenta, pero soy capaz de emborracharme en ellos, y hasta el mas tonto se morira al instante con verlos. Sabes a lo que me refiero no soy el unico que te lo dira, pero en este momento de nostalgia y melancolia, soy quien puede aliviar con alegrias y sonrrisas tus penas. Son tus ojos la perdicion, de este noble hombre que te alaga con desden. soy sincero y por eso te lo dire me gustan tus ojos, son mi agonia.
Sacado del Libro Sexus de Henry Miller …Lo mismo ocurre con el amor. El hombre que reconoce no solo ante si mismo, sino también ante sus semejantes, incluso ante la mujer que adora, que las mujeres lo pueden dominar, que está indefenso en lo relativo al otro sexo, suele descubrir que es el más poderos de los dos… Pg. 185
Karen Te Pareces al Mar, Belleza predecible, Pero cuando un mortal se adentra en él, Indomable muerte, una fiera.

Perderme en el olvido

No quiero que me llames, ni que me recuerdes, esa es el arma mas vil, atormentas el presente. Si vuelves a llamarme, soy capaz de decirte lo que quiero hacerte, y tus oídos quedarían sordos. El olvido al que me sometiste es bueno, Quiero perderme en el. Los recuerdos son dagas, el olvido la bazuca, la muerte el antídoto; hoy no quiero morir, ni mañana tampoco, por eso me suicido en el olvido. no quiero que me recuerdes a menos que quieras estar conmigo. Es inmaduro, pero madurare más rápido si me olvidas y yo te olvido.

Te Recuerdo

Y te recuerdo no porque me encantas, y sabes que es cierto, sino porque se muere la dura proesa a lo languido de mi. Te recuerdo porque en ti se encuentran mis deseos, el embrujo del encanto que me guardas con recelo. Te recuerdo porque en tu monte de venus encontre lo que pocos encuentran, el amor. Te recuerdo porque el sexo era amor, el amor era sexo, y nuestros cuerpos eran ambos. Te recuerdo porque eres mucho, a la vez nada y ahora ambas son vacio.