Hace rato desde que cruce la mirada con aquella mujer que hipnotizo mis pensamientos y me alejo de una realidad fría, casi absurda, donde lo único importante era ahuyentar la tristeza y la soledad, donde el infortunio del pasado había cerrado las puertas de los sentimientos y las emociones, donde nada mas existía sino el alcohol, el baile, los amigos y la aventura. Lo mundano reinaba mas allá de la conciencia, y se sentía bien estando en ese circulo, lleno de risas, de chistes corrientes y de carreteras por recorrer. Simplemente se puede decir que en esa aventura, entre esa niebla espesa que no deja ver hacia delante, ni hacia atrás, me aferre a la mano de una pequeña desconocida, salida de las espesura, de lo profundo, con una frialdad me sometió a sus encantos, y acostumbrado a las ilusiones su inquisidora belleza bailo sobre mis ojos… no supe en que momento atrapo a un servidor de los caminos, de la naturaleza humana, y de sus desdichas y pesares; no supe en que momento me arrebato ...