Valores pérdidos: lentitud y comunicación

En su libro "Estrategias Fatales", Baudrillard hace hincapié en la pérdida de la comunicación en las relaciones del sujeto postmoderno:
"Buscaremos algo más rápido que la comunicación: el desafío, el duelo. La comunicación es demasiado lenta, es un efecto de lentitud, pasa a través del contacto y de la palabra. La mirada corre más, es el médium de los media, el más rápido. Todo debe representarse instantáneamente. No nos comunicamos jamás. En la ida y la vuelta de la comunicación, la instantaneidad de la mirada, de la luz, de la seducción, ya se ha perdido".
Parece que la lentitud, de la cual estaban dotados los seres humanos antes de la entrada de una vida vertiginasa y presentista, y de la cual Kundera menciona que la velocidad deja impreso el olvido y por tanto está acorde con la higiene del dolor de la cual parece huir el sujeto postmoderno. Igualmente, Hermann Hesse en su libro "El arte del ocio", resalta esa gran ironía de la idea del tiempo, y como occidente ha caído en la magia del cronometro. Ya no hay tiempo para contemplar los detalles que hacen sublime la naturaleza y todo aquello que es capaz de reconocer el ser humano. Parece que son pocos los que logran reconocer el sentido del pensamiento critico sobre la vida y todo aquello que es y lo que no; parece que hay valores que van perdiendo significado y por tanto, todo lo que a su alrededor existe va modificando la percepción.
Dicen que la mirada devela el alma. ¿Será que es el alma aquella capaz de tal actitud contemplativa que salve de la racionalización hacia la razón cartesiana sobre las representaciones posmodernas?
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