La osadía de navegarte
Tus besos de retórica
tus caricias en palabras
murmuradas por tus
ojos
y el humo de tu lengua
apegada a tus pechos
susurra hacia mí,
el hambre de la capitana,
mientras el sudor se expande
inundado de frenesí.
He amanecido un año,
viendo en los espejos de tu alma
el futuro de los míos,
el legado perseguido,
la ilusión de vivir...
El barco sigue el curso
avivado por la llamarada de los vientos,
donde reposan nuestras bóvedas
guardando los anhelos
de amar hasta morir.
Y me resguardo de los miedos
apelando a la osadía
de tus si, de tus si...
y en el mástil, ondea la bandera
con el escudo de tu nombre
donde cabe mi latir.
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