Reincio
el temor, el miedo,
el anhelo, las circunstancias,
un nuevo desierto por cruzar,
un túnel, líneas trazadas,
pasados fortuitos,
nuevas aventuras, presente conjugado con la esperanza,
y vuelvo a surgir.
El telón se abre,
sale un humano venido al fondo,
entre el oscuro tablón
y los aplausos del futuro;
el reflejo de la luz palpita sobre el rostro,
la mañana se abre,
un lugar espera la llegada
y los pasos del humano
templan el carácter de todo aquello dejado, demostrado:
son las piedras construidas para el porvenir.
Es un caos, es confusión, los sentimientos flotan,
rebotan y estallan para fusionarse,
dejando imaginaciones nunca vistas;
las marcas son el único legado,
muestran la fortuna, la desdicha,
la cuerda teñida de colores, combinaciones,
litros de la sangre del poseído misterio,
de la necesidad, del abismo y su atracción al punto de
partida:
El botón de reinicio.
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